Consumo Consciente y Responsable
En los últimos años se ha despertado un interés creciente por los temas relacionados con los elevados costes sociales, económicos y medioambientales del modelo actual de sociedad de consumo. Las manifestaciones de la crisis social y medioambiental en todos los rincones del mundo son cada vez más visibles, todos los días encontramos ejemplos del injusto reparto de la riqueza y el consiguiente aumento de la pobreza o de los efectos que el actual desarrollo insostenible tiene para el planeta.
Vivimos en una sociedad que favorece el consumismo, nos hemos convertido en la generación de usar y tirar. La publicidad nos bombardea con anuncios cuyo objetivo no es nuestro bienestar, sino hacernos engranajes de un sistema que reduce a las personas al papel de meros consumidores sumisos. Este modelo económico de producción y consumo tiende cada vez más a su agotamiento. Es impensable hacer frente a los problemas ecológicos y sociales que nos afectan sin detener la complicada maquinaria y estructuras que los producen.
Ahora bien, como consumidores, último eslabón del sistema económico, tenemos una gran responsabilidad, gracias a nuestra forma de consumir podemos influir en la marcha de la economía y del mundo de una forma directa. Un consumo consciente y responsable, orientado al fomento de actividades respetuosas con el medio ambiente y las personas es una gran contribución y un instrumento decisivo de presión frente al mercado.
La sensibilización ciudadana para un consumo responsable es un objetivo prioritario y una herramienta imprescindible en el camino hacia la sostenibilidad. Nuestra sociedad debe prepararse para afrontar los retos que nos depara el futuro, reorientando el pensamiento y la acción, sus actitudes y hábitos en clave sostenible.
Es imprescindible mantener el consumidor informado; informado para ser libre y elegir correctamente. Elegir productos y servicios obtenidos con el respeto de las formas sociales, éticas y sostenibles en toda la cadena de valor. Elegir productos o servicios seguros y saludables, acordes a sus necesidades, a sus criterios y a su economía. El consumidor tiene que conocer: dónde, cómo y quién produce lo que consume.
Un consumo en el que se introduzcan valores como una variante importante a la hora de consumir o de optar por un producto. Haciendo especial énfasis en la sobriedad como un valor en relación con la reducción para un consumo ecológico, pero también frente al crecimiento económico desenfrenado y al consumismo como forma de alcanzar el bienestar y la felicidad. Que incluye, por este orden, las famosas "erres" del movimiento ecologista: Reducir, Reutilizar y Reciclar, pero en el que también se incluyen elementos tan imprescindibles como la agricultura y ganadería ecológicas, la opción por la producción artesanal, etc.
En definitiva, el consumo en lo que se refiere a las relaciones sociales y condiciones laborales en las que se ha elaborado un producto o producido un servicio. Basado en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional. Contribuye a un desarrollo sostenible, ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de productores y trabajadores marginados.
Nuestros hábitos de consumo son muy importantes para proteger el medioambiente y dejar a las generaciones venideras un entorno saludable. Otro mundo es posible, y convirtiéndonos en consumidores conscientes y responsables, podemos hacer un importante aporte para hacerlo realidad.
@MundoLeal
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