No entiendo a mi perro ¿Qué puedo hacer para que se comporte bien?

11 deAbr de 2015 | Uncategorized

Esta es la primera pregunta que nos hacemos cuando llega un nuevo miembro a la familia o surgen dudas sobre su comportamiento cuando ya convive con nosotros, ¿cómo adiestrar un perro?
En muchas ocasiones no sabemos interpretar lo que le ocurre a nuestro perro, nos desespera y suceden situaciones que se nos escapan de las manos. Llegados aquí empezamos a pensar si debemos castigar, gritar, utilizar correcciones, ignorar su comportamiento, reforzarle, etc., y eso nos está indicando que necesitamos la ayuda de un profesional.

Por mi profesión soy especialista en diferentes técnicas como de adiestramiento a domicilio, obediencia básica y avanzada, terapia de comportamiento, grupos de Agility, OCI, Canicross, entrenamiento y acoplamiento de perros de asistencia para discapacitados físicos.

Lo primero que debemos plantearnos es la línea de trabajo que queremos seguir y la relación que queremos mantener con nuestro perro. Como profesionales recomendamos técnicas de adiestramiento en positivo, en las que no se utiliza el castigo negativo (aparición de algo desagradable para el perro). Se basa en buscar la motivación y el vínculo con nuestro perro utilizando refuerzos que le guíen hacía comportamientos que queremos que repita, en vez de corregir los indeseados. Esta filosofía nos permite relajar la relación con nuestro perro, ya que busca la colaboración en vez de la confrontación y es un alivio sentir que no tienes la necesidad de imponerte continuamente a tu perro, ni “dominarle”. De esta manera conseguimos que las acciones no se hagan por miedo, sino porque le motive hacerlas.

Cuando hablamos de técnicas de adiestramiento tradicionales, utilizamos términos como dominancia, el líder de la manada, etc., conceptos confusos y que nos aportan poca información a la hora de diagnosticar un problema de comportamiento en nuestro perro.

Podemos verlo en un ejemplo, algunas personas nos llaman comentándonos que su perro es dominante porque coge comida del suelo en el parque y aunque le apartan sigue intentando comérsela. Lo cierto es que el hecho de que sea un perro dominante seguramente sea la explicación más alejada de la realidad. Si nos explican detenidamente lo que sucede y cómo es su alimentación, obtendremos una información muy valiosa para encontrar una forma adecuada de modificar su comportamiento.

Por otro lado tenemos el término erróneo de “líder de la manada” que utilizamos para referimos a un grupo familiar en el que conviven personas y perros. En este caso no es un término correcto, ya que una manada solo la pueden formar animales de la misma especie. Puede ser correcto utilizar “líder” si entendemos como tal una persona que guía, pero cuando pasamos a la definición en tanto que jefe de grupo, puede dar lugar a confusión. En una casa nuestro perro seguirá las indicaciones de todos aquellos miembros que se comuniquen de forma adecuada con él, no de una sola persona que ejerza de “jefe” autoritario. Si llevamos esa línea de trabajo, solo conseguiremos restar oportunidades al resto de miembros de la familia que no castigan o trabajan de forma brusca con el perro.
También hay gente que nos comenta que “su perro le ha salido malo” y aunque hay perros que nos dan más o menos facilidad a la hora de trabajar, influyen muchos factores en su comportamiento como la socialización, estimulación temprana, la línea de trabajo que elijamos, el tiempo que le dedicamos, etc. Todo ello marcará la diferencia fundamental entre un perro “bueno” o “malo”. Nosotros ponemos los límites en nuestra casa (subir al sofá o a la cama), que aunque no tienen porqué que ser obligatorios, si debemos ser coherentes con la decisión y buscar un consenso familiar.

Aunque busquemos en Internet “¿Cómo adiestrar un perro?” valorar la información puede ser complicado y en vez de solucionar un problema podemos agravarlo, debemos tener en cuenta que lo más recomendable es buscar un educador canino adecuado.

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