A un mes de la entrada de la Primavera, la estación idónea para depurar nuestro organismo, os apunto unas pautas entresacadas de un artículo de la profesora de alimentación energética, Montse Bradford, publicado en la revista Verde Mente:
“Los síntomas clásicos de acumulación de toxinas pueden ser variados, dolores de cabeza, fatiga, depresión, flatulencias, irritabilidad, insomnio, vómitos, dolores abdominales, disminución de la memoria, falta de concentración, pérdida de líbido, dolores musculares, menstruales, manchas en la piel, granos, etc…El cuerpo nos está hablando de la forma que sabe, generándonos síntomas que hay que paliar a la mayor brevedad posible.
Podemos empezar con infusiones a base de raíz de diente de león, ortigas verdes, que además de limpiar la sangre y los riñones ayudan a depurar el hígado. También se puede tomar a diario un zumo de zanahoria, al que se le podría añadir alternadamente un poco de apio o un toque de jenjibre, un par de rabanitos, puntualmente un poco de manzana o unas gotas de limón o una cucharadita de aloe vera.
También podríamos tomar algún caldo depurativo, a base de cebolla o puerro, apio, repollo, nabos, zanahoria, calabaza o chirivía. Sería conveniente añadir una tira de alga kombu, para que también nos aporte minerales. Podemos hervir todas estas verduras media hora o una hora, escurrir su caldo y tomar un par de tacitas al día.
Hay otras plantas como el rábano negro y el cardo mariano, que nos ayudarán a depurarnos. Aunque lo más importante es la clase de alimentos que escogemos en el día a día. Una alimentación de origen vegetal nos ayudará a conseguir nuestro propósito, al contrario que si nuestra alimentación se basa en proteínas animales de grasa saturada.”
Resumiendo, aprovechemos la próxima estación estimando los productos que la Tierra nos ofrece en esta época y cambiemos hacia una alimentación en que sustituyamos:
• Los alimentos refinados por los integrales
• Los alimentos procesados por alimentos básicos de origen vegetal.
Además los horarios nos ayudarán a marcarnos una rutina sana:
• Comer a horas fijas
• Desayunar como un Príncipe, comer como un Rey y cenar como un Mendigo
• Cenar temprano o hacer merienda/cena (si tienes que llegar muy tarde a casa).
• Aumentar la proporción de alimentos del reino vegetal con referencia a los del reino animal.
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